Historia

En noviembre de 1936 el gobierno del Frente Popular sembró la semilla de una España culta y progresista con la creación de los Institutos para Obreros, en los que se transmitía una educación laica y científica con una pedagogía cargada de renovación y libertad, llevada a cabo por magníficos docentes.

El Instituto Obrero de Valencia, y los de Sabadell, Barcelona y Madrid, constituyeron una feliz etapa en la vida de los alumnos, que silenciaban los ecos de la guerra esforzándose en sus estudios de bachillerato abreviado, para poder iniciar la reconstrucción de una España con igualdad de oportunidades, asegurando el progreso del país hacia una sociedad avanzada. El fin de la República supuso la pérdida de la juventud y el inicio de la época más triste y dura de sus vidas.